No camino por ningún lado.
No recorro senderos de arena y pasto.
No observo ni me pierdo
en el horizonte lejano,
en las montañas que en sus colores
y desigual formato,
acogen el alba y la noche
cuando cae anestesiando los cantos.
No camino hacia ningún lado.
Pero te imagino a ti, en el tuyo,
avanzando por atajos visitados,
recordando pensamientos atrapados,
grabados,
grabados,
por viejas rutas creando,
saludando a las piedras
que parece te miraran pasivas al paso.
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