Te declaro culpable,
por aparecer en mi vida
y cautivar lentamente
mis pensamientos.
Te declaro culpable,
por ser receptivo
a mí singular y compleja
forma de expresar lo que siento.
por hacerme reír
y por compartir conmigo tus gustos
vida y entendimientos.
Te declaro culpable,
por acostumbrarme a ti,
apegándome a tu presencia
y a ser parte de tus silencios.
Te declaro culpable,
por todo lo anteriormente expuesto
y te sentencio a no dejarme,
porque he creado contigo
un vínculo invisiblemente intenso.
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