Donde quiera que estés voy a pensarte,
atravesando luces grises y encantos.
Buscando palacios codificados,
navegando sin timón y sin barco.
Donde quiera que estés voy a mirarte,
derritiendo complejos, queriendo tocarte.
Dejando mi cuerpo y limitaciones a un lado,
soplando en tus oídos mil secretos guardados.
Donde quiera que estés; etéreo, puro, abstracto.
Mas allá de este cielo, en tierra firme o flotando,
sin presente y sin pasado,
te seguiré locamente imaginando.
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